Después de la experiencia de Yegen, Brenan y Gamel estaban buscando una casa mejor conectada en un clima más cálido. Al final encontraron lo que querían en el antiguo municipio de Churriana, agregado a Málaga en 1905 como un distrito. Churriana, “La Joya de Málaga”, así la llama Cristóbal Salazar* , su cronista local, está situada a unos tres kilómetros hacia el interior sobre una pendiente, y se extiende desde una magnífica sierra por la margen derecha del río Guadalhorce hasta su desembocadura en la playa de Guadalmar.
La casa no estaba a la venta, pero se sintieron atraídos por su jardín-huerto que se veía a través de la gran puerta principal abierta. El agente inmobiliario les dijo que preguntaría si el dueño estaría dispuesto a venderla.
En 1934, la finca estaba en un estado lamentable porque los propietarios, una familia burguesa con sangre inglesa, pasaban por malos momentos. España sufría una crisis, poco antes de la Guerra Civil, y el valor de la propiedad agraria había bajado. Brenan sabía el riesgo de poner su dinero en una casa tan grande en aquellos tiempos inciertos, pero la pareja decidió que merecía la pena, habían descubierto un tesoro a precio de saldo: 1200 libras. La casa estaba ubicada en la carretera que va de Málaga a Torremolinos, cerca del núcleo urbano, y conjugaba su función agrícola con la residencial, como era típico de las construcciones tradicionales de la arquitectura andaluza.
La casa tenía cinco habitaciones en la planta baja, así como cocina, despensa, baño y cochera. Arriba había diez habitaciones con un mirador o torre, que había sido utilizado como sala de billar; y desde donde podías ver la ciudad y el mar. Detrás de la casa había un patio con naranjos y una fuente, conectada en el extremo posterior a una alberca levantada o tanque que era bastante grande para nadar. En el fondo había un jardín amurallado, plantado con árboles y huerta.
Gerald encontró un paraíso en la tierra y compartió su descubrimiento con sus amigos en cartas y libros: La faz de España, Memoria personal, etc.
Brenan recomendó la compra de "La Cónsula" a un matrimonio americano: Bill y Annie Davis, esta pareja invitaba con frecuencia a intelectuales como Hemingway. Allí, el escritor inglés pudo conocer personalmente al famoso Premio Nobel. Hemingway pasó largas temporadas en "La Cónsula"
Años más tarde en 1957, Julio Caro Baroja, escritor (sobrino del eminente escritor español Pío Baroja) también compró el cortijo "El Carambuco" de Eugenio Gross (familia de comerciantes) por consejo de su amigo Gerald Brenan.
Fuentes bibliográficas
Brenan, G. (1974).
Personal Record 1920-1972. London: Jonathan Cape.
Salazar Domínguez, C. (2015).
Teresita y los Brenan. Málaga: Gráficas Europa.
*Cristóbal Salazar ha publicado diecisiete libros, muchos de ellos relacionados con Churriana y su historia. El último: Teresita y los Brenan. Esta publicación cuenta la historia de una niña de Churriana: Teresita, quien entró a formar parte del servicio y a la que los Brenan trataron como parte de la familia hasta su boda, que se celebró en la Casa Gerald Brenan a la que Cristóbal fue invitado. El cronista y poeta está casado con la pintora y fotógrafa María José González, los dos forman un gran tándem artístico.