domingo, 31 de enero de 2016

Meals and Customs

Breakfast
The classic ‘full English breakfast’ can include eggs, bacon, sausages, baked beans, fried tomatoes and mushrooms, and sometimes a slice of blood sausage called ‘black pudding’. As if that’s not enough, it usually comes with toast and butter, fried bread or hash browns (a fried potato cake) – or even, occasionally, chips (French fries). Of course, most people in the UK don’t eat a ‘full English’ every day. It’s usually served as brunch, a meal that covers breakfast and lunch together and that tends to be a weekend treat. On a working day, most people eat cereal with milk, toast with jam or honey, or porridge – a bowl of hot oats cooked in milk. The traditional way to eat porridge is with salt, but many people prefer honey, brown sugar or syrup, or pieces of fruit. 

Lunch
People in the UK eat a light, quick lunch – such as a sandwich, soup or salad – at some time between 12 and 2pm. Lots of cafés and restaurants do special lunch deals, and you might see ‘meal deals’ in supermarkets, where you can buy a drink, a sandwich and a bag of crisps (potato chips) at a discount. Sunday lunch – also called 'Sunday roast' because the main dish is roasted – is the classic, big meal at the weekend, and can be served as late as 5pm. 

 Dinner
‘Dinner’ usually means the evening meal, which most people eat between 6pm and 9pm, with their family or friends. A ‘dinner date’ is a classic way of getting to know someone better in a romantic restaurant.  However, some people say ‘dinner’ to describe lunch – especially a cooked lunch served in a school or work canteen. With all the cuisines available in the UK, you could have an Indian curry for dinner one day, a pizza the next, then a sushi platter, and on and on around the world!

Tea
Tea is the classic British drink – but it’s also an afternoon snack and another word for the evening meal too. This is usually served as a pot of tea with a selection of small sandwiches, pastries and cakes arranged on a tiered cake stand. A ‘cream tea’, particularly in Cornwall, includes scones – sweet bread rolls, sometimes with raisins, served with butter, jam and a very thick cream.



Morehttp://www.educationuk.org/global/articles/guide-to-uk-meals/

miércoles, 20 de enero de 2016

Cien años de vida en la Costa del Sol: "mudarse a España había sido la mejor decisión" (traducción de Lola Ortega del original "A Hundred Years and Counting", escrito por Ricky Leach y publicado en SUR in English).


Mientras que muchos han estado celebrando la Navidad y el inicio del Año Nuevo, para una familia en Fuengirola los primeros días de enero han traído una celebración extra especial, con un cumpleaños centenario, pleno con una tarjeta de felicitación personal de la reina Isabel II.

Gladys Maud Osborne, conocida por sus amigos como Gill, ha sido residente en Fuengirola desde mediados de la década de 1960 y ha estado celebrando su centenario con amigos y familiares de todo el mundo.

Nacida el 4 de enero 1916, Gill se trasladó a la Costa del Sol con su esposo Jack y dos hijas en 1965, con la esperanza de que el cálido sol y el clima seco le ayudaran a mejorar su artritis.

Antes de decidirse por Fuengirola, Jack y Gill habían hecho un tour por el sur de Francia y la Costa Blanca, pero fue una invitación para visitar la casa del eminente cirujano Hamilton Bailey en Mijas la que descubrió a la pareja la pequeña localidad de pescadores de Fuengirola.

Tras haber abierto el segundo bar inglés en la localidad, llamado Bar One, la familia trajo música del Reino Unido, despertando mucho interés entre la gente local y los operadores turísticos de Madrid, quienes disfrutaban especialmente escuchando el sonido moderno pop de británicos y estadounidenses.

Aunque el bar era el segundo establecimiento de propiedad inglesa en el pueblo, la familia Osborne tuvo una curva de aprendizaje rápido para poder desenvolverse con el español porque había muy poca gente que hablara inglés en la zona, ya que el turismo no se había desarrollado extensamente en Fuengirola en ese tiempo.

"Solo había un hotel en esos días, el Hotel Florida, y no había paseo marítimo, solo caminos de arena", explicó la hija de Gill, Suzanne, quien dirigió el bar con su hermana durante cinco años. "Tuvimos que aprender a ser capaces de comunicarnos ya que todos nuestros amigos eran españoles", recuerda Suzanne, quien añade que tener el nombre 'Osborne' parecía venir bien entre los lugareños españoles que asociaban el apellido con los famosos productores de "jerez" en Cádiz.

Durante un tiempo, Gill y su esposo Jack se trasladaron a la costa de Estepona, donde construyeron una casa a orillas del mar, ya que eran ambos aficionados a la natación en el mar en esa época. Sin embargo, no pasó mucho tiempo, apenas unos años, antes de que la pareja se trasladara de nuevo a Fuengirola. Jack solía decir que mudarse a España había sido la mejor cosa que él y Gill habían hecho.

Después de morir Jack hace treinta años, Gill continuó viviendo en Fuengirola y ha llegado a ser bien conocida por sus visitas regulares a las cafeterías y bares de la ciudad para tomar su café de la mañana. Incluso alcanzado su centenario, todavía goza de la libertad de coger su scooter de movilidad por la ciudad, con la bandera española ondeando orgullosamente.

Aunque los niños de Jack y de Gill, cinco nietos y 13 bisnietos están repartidos por todo el mundo en lugares como Seattle, Suecia, Mauricio y el Reino Unido, Gill está segura de que el traslado a la Costa del Sol fue lo correcto para ella y su esposo hace más de cincuenta años. "España ha sido maravillosa para nosotros y este es verdaderamente nuestro hogar, una vez que llegué aquí, sentí que no tenía nada más por lo que preocuparme", dice, añadiendo que el clima cálido ha ayudado a que ella llegue a esta gran edad.

Para ayudar a Gill a celebrar su centésimo cumpleaños, amigos y familiares volaron a España de todo el mundo para una fiesta familiar especial entre Navidad y Año Nuevo. Entre las decoraciones de la fiesta había grandes fotografías de Gill y su esposo Jack, de cuando estaban comprometidos, y los papeles originales de la fecha de su nacimiento, su 21 cumpleaños y el día de su boda con Jack en Sidcup, Kent.

Una sorpresa extra especial para el centenario fue recibir una tarjeta de cumpleaños firmada por la reina, que llegó justo a tiempo para la fiesta.

Su hija Suzanne y su nieta Nuria están convencidas de que, además del buen tiempo en España, es su actitud positiva lo que le ha ayudado a llegar a los 100 años de edad. "Ella es una persona muy positiva, con un gran espíritu", dijo Nuria a  SUR en Inglés.