En los últimos dos siglos, la esperanza de vida en Occidente ha aumentado de forma asombrosa. Durante el siglo XX, el mundo vivió una transformación sin precedentes: por primera vez en la historia de nuestra especie, la edad más probable para morir no es la infancia. Algunas estimaciones indican que la mujer tenía una media de 5 hijos debido a que 3 de los 5 no sobrevivían. Y por supuesto, si una mujer tenía muchos hijos, el riesgo de morir durante el parto era mayor.
En la actualidad, España es uno de los países con una mayor esperanza y calidad de vida de Europa, las mujeres viven una media de 85 años y los hombres 80, según el Instituto Nacional de Estadística.
La mujer vive más debido a factores biológicos y estilos de vida. La mujer es la responsable de reproducir la especie; está dotada de dos cromosomas (xx), en caso de que alguno falle; tiene un corazón más fuerte y hormonas para estimular el instinto de conservación.
El envejecimiento progresivo y la transformación estructural de la sociedad moderna han producido un cambio en la consideración hacia los ancianos. Esta sociedad moderna, basada en criterios de eficacia, considera a los ancianos improductivos. En el pasado eran respetados; ahora son tratados como niños.
En la actualidad, una de las ocupaciones menos apreciadas es la de cuidador de ancianos, este trabajo es realizado principalmente por mujeres, muchas de ellas inmigrantes. Si estos ancianos no pueden ser cuidados por la familia, requieren ser internados en residencias. Estas organizaciones han aumentado rápidamente en los últimos años y algunas presentan problemas que escapan a un control de calidad y en muchos casos tratan a los ancianos como objetos.
Sin embargo, muchos ancianos organizan ellos mismos sus vidas, si la salud y la situación económica son buenas; incluso algunos llegan a cambiar de lugar de residencia; especialmente británicos y alemanes jubilados disfrutan del clima y estilo de vida saludable en España.
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